domingo, 13 de febrero de 2011

Tarta San Marcos.

 Este pastel es un poco laborioso y entretenido pero al final queda riquísimo y el resultado es espectacular. Os presento el paso a paso.

Como he dicho antes, el proceso para realizar este pastel es bastante laborioso, por lo que en esta ocasión yo opté por utilizar las planchas de bizcocho que vienen ya preparadas y cortadas en tres partes y que además tienen un precio muy asequible.
El primer paso es separar las tres planchas. Nos quedamos con una, que será la base de nuestra tarta. Seguidamente realizamos un almíbar con agua, azúcar, canela y cáscara de limón, que nos servirá para regar el bizcocho y procedemos a regar la primera base que hemos separado con la mezcla anterior.
Montamos nata, a la que añadiremos azúcar (yo utilicé azúcar glass) y la distribuimos sobre la primera plancha.


Con mucho cuidado, montamos la segunda plancha sobre la nata y de nuevo bañamos la misma con el almíbar que realizamos al principio.
Volvemos a montar nata, añadimos el azúcar y esta vez dos cucharadas de cacao en polvo. Colocamos la nata con cacao sobre la segunda placa de bizcocho.
Un truco para que no se nos baje la nata y dar consistencia, es añadir una cucharadita de leche en polvo a la misma cuando la estamos montando, en el mismo momento que añadimos el azúcar.

Cubrimos de nuevo con otra plancha de bizcocho. La última plancha de bizcocho va cubierta de yema. Para realizar la misma necesitaremos:
- Medio vaso de agua.
- 200 gramos de azúcar.
- 1 cucharada de maizena.
- 2 cucharadas de leche.
- 5 yemas.
- Una cucharadita de mantequilla o margarina.
- Canela en rama.
- Cáscara de limón.

Ponemos a hervir el agua con el azúcar, la canela y la cáscara de limón. A parte en frío, mezclamos las yemas con las dos cucharadas de leche y la de maizena.
Cuando el agua comience a hervir, añadimos la mezcla de las yemas y con una cuchara de madera removemos hasta conseguir una mezcla espesa, con consistencia de natillas.
Retiramos del fuego y añadimos la cucharadita de mantequilla y removemos hasta que se integre con la mezcla anterior.

Extendemos la yema sobre la última capa de bizcocho y dejamos enfriar. Para obtener el aspecto de yema tostada, tomaremos azúcar, la esparciremos encima de la yema y la quemaremos con un soplete.
Luego recubrimos los bordes del pastel con la nata de cacao que nos quedó para tapar las uniones de los bizcochos.
El resto de decoración es a gusto del creador. Yo derretí chocolate con mantequilla e hice algunas figuritas que luego coloqué sobre el pastel y coloqué almendra laminada tostada en los bordes.
Y aquí el corte del pastel:

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